2. La especie



 - Pinus pinaster -               
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Reino: Plantae
Subreino: Tracheobionta
División: Pinophyta
Clase: Pinopsida
Orden: Pinales
Familia: Pinaceae
Género: Pinus
Subgénero: Pinus
Especie; Pinus pinaster Aiton
Subespecie: Pinus pinaster Ait. ssp atlántica
Subespecie: Pinus pinaster Ait. ssp mesogeensis Fieschi & G
Sinonimias: Pinus marítima Mill. P. atlántica, P. mesogeensis F. et Gaussen, P. hamiltonii Tenor, P. syrtica Thore


Distribución Pinus pinaster y nombres comunes. En rojo se muestra la distribución natural, y en verde, las introducciones (Fuente: Alía et al., 1996)


Distribución de las masas de pino negral en Castilla y León (Gil y Torre, 2007).



Es una de las especies más características de la Península Ibérica, puesto que, según datos obtenidos del Tercer Inventario Forestal Nacional, se considera la cuarta especie forestal con mayor número de pies en Castilla y León y la tercera, si nos referimos a superficie ocupada. Es capaz de adaptarse a una gran variedad de suelos y climas, así como una marcada adaptación a los incendios forestales, gracias a una floración precoz, conos serótinos y una corteza gruesa que le confiere protección, estos conos tienen unas dimensiones aproximadas entre los 8-22 cm de longitud y están distribuidos en grupos de 2 ó 3. Especie de crecimiento rápido en la región atlántica, con turnos alrededor de los 40-50 años, donde será utilizada para obtener pasta de papel, tableros para suelo y palets, entre otros usos. En otras localidades, y con el objetivo principal de obtener madera de calidad, el turno aumenta a los 80-120 años.

Puede alcanzar los 20-30 metros, llegando incluso a 40 metros cuando se dan las condiciones favorables para esta especie. Posee una gran amplitud altitudinal, pues se puede localizar desde el nivel del mar, hasta los 2100 m y un régimen pluviométrtico que oscila entre los 350-1400 mm (Alia et al, 2003). El tronco, grueso y recto, tiene tendencia flexuosa, y sus ramas, están distribuidas a lo largo del tronco, en verticilos, los cuales, corresponden al crecimiento en altura de la especie; con hojas aciculares largas y erectas, con unas dimensiones de 10-27cm de largo y 2-2,5 mm de ancho, están distribuidas en grupos de a 2, en la axila de la hoja rudimentaria escamosa, sobre el braquiblasto, tienen coloración verde oscuro, rígidas y punzantes. La copa es piramidal en las etapas juveniles, tendiendo a redondeada e irregular a medida que van haciéndose adultos, mientras que, en las últimas etapas, la copa es muy reducida en relación con la altura.

La abundancia de sotobosque en las masas de pino pinaster está relacionado con el reducido follaje, que deja pasar un gran porcentaje de luz al suelo.

La corteza, áspera en pinos jóvenes, puede alcanzar el 10-15% del peso total del árbol, y torna a gruesa y resquebrajada. Posee el sistema radical más fuerte de los pinos españoles, con una raíz principal y secundaria muy desarrollada, y en terrenos profundos le proporciona buena resistencia al viento. En suelos compactos y poco profundos posee muchos problemas para profundizar, y son frecuentes los derribos por vientos.

A la hora de realizar repoblaciones con esta especie, es importante tener en cuenta su tolerancia a suelos de escasa fertilidad y muy arenosos, lugares donde pocas especies de interés económico pueden prosperar.

Se extiende de forma natural por las regiones costeras europeas y africanas del Mediterráneo y presente en grandes extensiones de repoblación. Esta especie ha sufrido, a lo largo de los años, fuertes degradaciones como consecuencia de la fragmentación del hábitat donde se localizaba, consecuencia de diversas actividades antrópicas.

Cabe destacar la presencia de dos subespecies morfológicamente diferenciadas:
·         - Pinus pinaster subsp. mesogeensis: localizada en la zona centro-este-sur peninsular, con presencia puntual en zonas de Galicia, tiene la capacidad de desarrollarse sobre suelos pardo calizos, ocupando zonas de los pisos meso y supramediterráneos. Se diferencia de la subespecie atlántica ya que posee un crecimiento más lento, alcanzando mayor altura, posee una madera más resinosa y de mayor densidad, pero menos resistente.


·         - Pinus pinaster subsp. atlantica: se extiende desde Las Landas en Francia, hasta la zona norte peninsular, siendo una especie representativa de Galicia, ya que representa más del 90% de las masas forestales de la región. A diferencia de la anterior, ésta ocupa terrenos silíceos, siendo poco tolerante a la cal, y con preferencia a tierra parda húmeda en climas de elevada pluviometría.


El pino marítimo (Pinus pinaster Aiton) es morfológicamente similar a otras especies del género. La especie muestra varias adaptaciones a los incendios forestales:  floración temprana (en algunas poblaciones se pueden observar piñas en plántulas de 4 años), presencia de c o n o s  serótinos y corteza gruesa. Comparado con otros pinos de la cuenca mediterránea, el pino negral tiene piñas grandes (de 8-22 cm de largo), por lo general en grupos de 2 ó 3, y acículas largas (10-25 cm). Existen marcadas diferencias morfológicas entre las poblaciones, por lo que la especie se subdivide en dos subespecies (atlantica y pinaster) y en varias razas geográficas (atlantica, mesogeensis, corteensis, maghrebiana, renoui, etc.), aunque no existe una revisión completa para la especie. Puede encontrarse en ambientes muy diferentes: desde el nivel del mar hasta 2.100 m en el Alto Atlas (Marruecos); desde áreas con más de 1.400 mm de precipitación anual y sin temporada seca a otros con 350 mm y más de 4 meses secos. Las condiciones de suelo son variables: medra principalmente en  suelos ácidos, pero también en suelos básicos y hasta en suelos arenosos y pobres, donde pocas especies con valor comercial pueden crecer. (ALIA, 2009)



Los principales usos de esta especie, se centran en la obtención de madera y resina de gran calidad, actividad que sufrió un decaimiento, y que, en la actualidad, está retomando su importancia, así como la protección de suelo y un importante uso recreativo, que en la actualidad está teniendo cada vez más impacto. Aquellas masas que durante años han sido sometidas a un objetivo resinero, presentan, en la actualidad, y como consecuencia de los cuidados culturales realizados durante ese tiempo, una baja espesura que complica su transformación enfocada a un uso maderero.


TRATAMIENTOS GENERALES DE LA ESPECIE


En lo que confiere a este trabajo, es importante centrarse en la regulación de la densidad mediante el uso de claras, orientándolas en función al objetivo principal, ya sea maderero, para producción micológica o con el fin de favorecer la diversidad del pinar.
Según (Rodríguez et al., 2008), con un objetivo maderero, se recomienda realizar claras cada  5-6 años con el fin de favorecer el crecimiento diametral, a los 30-35 años, según calidades, podría ejecutarse la primera clara, de tipo mixto, que incida sobre pies dominados, co-dominantes e incluso algún dominante. Simultáneamente, o antes de la segunda clara, debería realizarse una poda alta, hasta 5,5 m, de 400-500 árboles/ha. A partir de ahí, se debería continuar con claras cada 3 m de crecimiento de la altura dominante de las masas.